Las manos están en contacto con una innumerable cantidad de gérmenes que pueden o no ser perjudiciales para la salud. Cuando una persona no se lava las manos con jabón puede transmitir bacterias, virus y parásitos a otras personas. Y puede hacerlo por contacto directo: tocando a otra persona; o por contacto indirecto: tocando superficies. Por este motivo es tan importante lavarse las manos con agua y jabón.
A raíz de esto existe la creencia, muy difundida en todo el mundo, de que la utilización diaria de jabones antibacteriales para lavarse las manos resulta una medida protección extra para evitar contraer enfermedades. Sin embargo esto no es así. Lo cierto es que utilizar estos jabones para lavarse las manos todos los días, no tienen ningú beneficio extra sobre lavarse las manos con agua y jabón común. De hecho esta costumbre (sustentada más en estrategias de marketing que en evidencia científica) representa un riego para la sociedad en general por dos motivos principalmente:
En primer lugar, porque el uso diario de estos jabones antisépticos contribuye al desarrollo de bacterias resistentes a los antibióticos, y esta es una de las problemáticas más graves que enfrenta la medicina en la actualidad. Y, en segundo lugar, porque existen datos científicos que indican que el uso prolongado de jabones puede provocar alteraciones hormonales.
El lavado de manos con agua y jabón común es altamente eficaz si se hace de forma correcta. Y es la forma más eficiente y económica para prevenir enfermedades como:
● Diarreas y gastroenterocolitis
● Conjuntivitis
● Gripe o influenza (tanto la H1N1 como la H2N3)
● Virus sincitial respiratorio
● Neumonía
etc.